Tres masculinos mayores de edad y un menor acusan haber sufrido serias lesiones y vejámenes dentro de la sede policial.
Hace pocas horas atrás, una ciudadana Fiambalense identificada como Valeria Aybar, denunciaba judicialmente y públicamente a través de los medios provinciales y redes sociales, la pérdida de una pieza dental a raíz de una presunta ‘patada’ y ‘Apremios Ilegales’ por parte de un suboficial de la Comisaría local, como consecuencia del intento que habría tenido Aybar para evitar la golpiza a su pareja de parte de un efectivo policial local, de apellido González, el que habría actuado con desavenencia luego de un hecho que no justifica el accionar del policía.
Pasadas las horas y luego de esa denuncia, varios fueron los testimonios que hicieron conocer a Multimedios Abaucán de otros hechos graves que al parecer habrían sido cometidos por el mismo efectivo policial, quien hasta el momento estaría actuando con total impunidad y sin ninguna limitación legal, judicial e interna por parte de la Jefatura de Policía de la Provincia. Ayer domingo, cuatro masculinos de 17; 25; 26 y 30 años de edad, dieron a conocer, con testimonio y fotos, un hecho aberrante que al parecer habrían ocurrido puertas adentro de la Comisaría de Fiambalá, la semana pasada, y que por temor y amenazas no denunciaron públicamente con anterioridad.
De acuerdo a lo manifestado por las presuntas víctimas; el pasado 19 de Junio se desarrollaba un baile familiar en Bº Pampa Blanca de esa jurisdicción, en dónde dos masculinos ingresaron para compartir el mismo. Una vez en el lugar, fueron increpados por otros hombres que se encontraban ahí y se armó una pelea hasta que llegó el móvil policial, que fue el inicio de la pesadilla -de acuerdo a lo que cuentan-.
En dicho lugar, arribó el suboficial de apellido González (el mismo que habría agredido a Valeria Ayar) y comenzó a agredirlos sin mediar palabras. Fue entonces que los denunciantes le preguntaron porque tanta violencia, dado que ellos no se resistían para nada, y los policías jamás le respondieron civilizadamente, según relatan.
Ante la situación, uno de los masculinos de 17 años de edad (sobrino de los mayores), corrió hasta su casa y los policías lo persiguieron (comentan), y luego de patear la puerta, los uniformados ingresaron a dicho domicilio, con un alto grado de violencia, rompiendo una puerta para sacar al menor y cargarlo en el móvil policial.“Nos apretaban la garganta contra la camioneta, le pegaban y lo tiraron al chico sobre de nosotros y nos llevaron a la Comisaría pegándonos patadas y azotes peor que a animales. Al menor le pegaron un balazo de goma”, dijeron.
“Llegamos en la comisaría y nos bajaron a los golpes y nos metieron al calabozo diciéndonos ‘collas P…., maric… acá se van a cagar con nosotros’ (Sic) pasamos ahí esa noche, a cada rato iban a patearnos la puerta y decirnos malas palabras. No nos daban permiso para ir al baño ni tomar agua. El lunes al medio día entró Gonzáles a preguntarnos de manera provocativa que ‘si éramos machos nosotros’, nos insultaba; le decía a mi hermano menor que lo busque en la calle cuando quiera y ande de civil, que nosotros no servimos ni para empezar a pelear con él, (…) agarraba esa goma que tienen (cachiporra) y nos decía: conmigo se van a cagar somos capaz de ir 30 policías y le vamos a quemar la casa, los vamos a matar de un tiro y nos cerraron la puerta.
Recién a la noche lo liberaron a mi sobrino de 17 años (lunes a las 23 hs). Mientras lo liberaban le decían al menor ‘pendejo, flaco, maricón, que te haces el macho, te voy sacar los dientes a patadas’ (Sic). Pasamos esa noche, y el martes nos llevaron a la Fiscalía en Tinogasta, ahí nos tuvieron hasta las dos de la tarde, siempre nos trataban de mala manera los policías, permanentemente nos trataban de coyas (porque somos de un pueblo del norte de Fiambalá).
A las 12 de la noche nos liberaron (día miércoles). En ese momento llegó el suboficial González, se burlaba de nosotros y nos preguntaba como lo habíamos pasado. Como andaba de ropa civil nos reiteraba que lo busquemos en la calle en cualquier lado y nos haría mierda a nosotros). Narra uno de los denunciantes. Por otro lado agregan que cuando la policía ingresó a su domicilio a buscar al menor, no les mostraron orden de allanamiento, rompieron la puerta y revolvían todo en búsqueda de alguna arma que ellos no poseen en su casa, causando mucho temor y llanto en los chicos de la casa, finalizaron.
Se supo extraoficialmente que una comitiva de sumariantes e investigadores de la Jefatura de Policía de Catamarca se estaría por hacer presentes en Fiambalá para inquirir los diferentes casos de denuncias graves por apremios que estarían sucediendo en la comisaría local y que señalan a un suboficial de apellido González como presunto autor de los vejámenes y golpizas.
Fuente: El Abaucándigital.com