Francisco recibió al Presidente argentino entre alfajores y galletas
La reunión duró más de 70 minutos y buen clima.
El presidente, Javier Milei, visitó el lunes a su compatriota el papa Francisco y a funcionaros del Vaticano de alto rango, con alfajores y regalos, en un intento de reconciliarse con el Sumo Pontífice, al que durante mucho tiempo ridiculizó.
Milei, había insultado al Santo Padre durante su campaña electoral, llamándole «imbécil que defiende la justicia social». Pero ha cambiado de tono en el cargo, mientras trata de reforzar el apoyo de la base conservadora católica en su país en medio de crecientes desafíos.
Francisco y Milei hablaron durante aproximadamente una hora, dijo el Vaticano, sin entregar detalles de su conversación.
Ambos se reunieron mientras Argentina se enfrenta a su peor crisis económica en décadas, con una inflación de más del 200% y el recién asumido Milei en dificultades tras el rechazo parlamentario de un importante paquete de reformas.
El presidente discutió «el programa del nuevo gobierno (argentino) para contrarrestar la crisis económica», entre otros temas, durante conversaciones separadas con el segundo al mando del Vaticano, el cardenal Secretario de Estado Pietro Parolin, según un comunicado del Vaticano.
Antes del encuentro, cuando se le preguntó sobre los insultos previos, el jefe de la oficina doctrinal del Vaticano dijo: «El Papa es una persona que siente mucho afecto por todos, por lo que no tiene alguna animosidad».
El Santo Padre había visto los comentarios del pasado «como una estrategia de campaña», dijo a los periodistas el cardenal Víctor Manuel Fernández, también argentino. Aunque a Francisco no le gusten «algunas tendencias políticas e ideológicas» en Argentina, «siempre estará preocupado por los que sufren», añadió.
El Papa por Argentina, una visita que se hace esperar
Francisco, un exarzobispo de Buenos Aires, ha enfadado a algunos de sus compatriotas al no visitar su tierra natal desde que se convirtió en Papa en 2013.
Ha dicho que finalmente podría visitar la «sufrida» Argentina en la segunda mitad de este año, aunque el cardenal Fernández dijo el lunes que no estaba claro si el viaje papal se realizaría «porque depende de muchas cosas».
Asegurar tal visita podría ser un gran impulso para Milei mientras busca complacer a sus seguidores católicos conservadores.
El Santo Padre ha dicho anteriormente que no quiere ser explotado por los políticos argentinos. El viernes, dijo que el «individualismo radical» impregna la sociedad como un «virus», en palabras que pueden chocar con los instintos radicales de libre mercado de Milei.
Pero las reuniones del lunes y previamente el fin de semana parecieron ir bien.
Milei trajo el lunes alfajores de dulce de leche y una marca de galletas de limón que le gustan al Papa, dijo el portavoz presidencial Manuel Adorni.
El Sumo Pontífice y Milei conversaron el domingo, al término de una misa de canonización en la Basílica de San Pedro de la primera santa argentina, María Antonia de Paz y Figueroa, una laica consagrada en el siglo XVIII más conocida como «Mama Antula».
Francisco, de 87 años y con dificultades para caminar, fue a saludar a Milei en silla de ruedas. Le sonrió, le tendió la mano y le dijo: «¡Te has cortado el pelo!».
Milei, que todavía lleva el pelo largo, poco convencional para un político, bromeó sobre su limpieza y preguntó si podía abrazar y besar al Papa. Francisco le respondió sonriente: «Sí, hijo, sí».
En una entrevista el sábado, Milei elogió al Papa como «el argentino más importante de la historia».