El tinogasteño José Muñoz reconocido en el Primer Encuentro de Líderes Rurales
Es un defensor de la agricultura orgánica, porque entiende que ofrece una manera de emplear las prácticas respetuosas con el medio ambiente.
Por su valioso aporte al bienestar y retención rural de sus comunidades, cinco residentes de diversas regiones de Argentina recibieron el título de Líderes de la Ruralidad de las Américas por parte del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) y la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca de ese país sudamericano.
Los premiados fueron Patricia Gorza, Andrea Izzo Capella y Milagros Paulón, de la región de La Pampa, en el centro de Argentina, considerada una de las principales zonas productoras de alimentos del mundo, junto con José Muñoz y Alina Ruiz, quienes viven y trabajan en el norte de Argentina.
Los certificados fueron entregados por Juan José Bahíllo, Secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca de Argentina, y Manuel Otero, Director General del IICA, en un evento en la sede de la Secretaría en la ciudad de Buenos Aires. También estuvieron presentes el subsecretario de Relaciones Internacionales e Institucionales de la provincia de Buenos Aires, Mario Oporto y la embajadora de Costa Rica en Argentina, Ginette Campos Rojas, además de familiares de los homenajeados.
Gorza es ganadero del municipio Nueve de Julio; Izzo Capella es fundadora de un centro cultural que trabaja para empoderar a las mujeres rurales en Las Flores; Paulón es una joven que opera una granja lechera en Brandsen; Muñoz es docente y defensor de la agricultura orgánica en la provincia de Catamarca; y Ruiz es un chef que defiende el uso y valor de los productos agrícolas en la región del Chaco.
El premio lleva por título “Alma de la Ruralidad” y es parte de una iniciativa de la agencia especializada para el desarrollo agrícola y rural para rendir homenaje a hombres y mujeres que están marcando una huella y una diferencia en las zonas rurales de América, que son claves. a la seguridad alimentaria y nutricional y a la sostenibilidad ambiental del planeta. También enfatiza su capacidad para servir como modelos positivos en las zonas rurales de la región.
“Quiero resaltar y aplaudir estas historias de compromiso y amor por la tierra y por la gente del campo. Ponerles el foco en ellos es loable, dado su valor como modelos a seguir”, dijo el Secretario Bahillo, quien fue el anfitrión del evento.
Historias de amor por la tierra
Alina Ruiz (de la provincia de Chaco) nació y creció en las afueras de El Impenetrable, una de las zonas más inhóspitas del Gran Chaco, la inmensa llanura boscosa que se extiende por Argentina, Bolivia y Paraguay. Hija y nieta de agricultores, Ruiz se mudó a Buenos Aires para realizar estudios culinarios y también se formó en Perú y Colombia. El Impenetrable, que literalmente significa El Impenetrable, se llama así por su densa vegetación y sus limitados recursos hídricos. A su regreso allí, Ruiz montó un restaurante rural que lleva el nombre de su abuela Anna, que regenta basándose en el concepto del kilómetro cero. Es decir, el restaurante prioriza el uso de cultivos y ganado producido en esa zona. También brinda capacitación a los habitantes de las zonas rurales, buscando aumentar su aprecio por los productos agrícolas.
Durante la mayor parte de su vida, José Muñoz (Provincia de Catamarca) ha estado involucrado en la educación agrotécnica, que considera una herramienta estratégica para garantizar que los jóvenes permanezcan en las zonas rurales.
Desde hace años se desempeñó como Director de la Escuela Agrotécnica de Tinogasta, Ciudad de la provincia de Catamarca, en el noreste argentino.
Esta región es seca, de suelos pobres y está muy alejada de las principales zonas productivas del país. Por tanto, los cultivos se cultivan mediante riego artificial.
Hoy en día, Muñoz es un defensor de la agricultura orgánica, que está convencido de que ofrece una manera de emplear las prácticas respetuosas con el medio ambiente y los insumos biológicos que muchos agricultores de Catamarca han utilizado tradicionalmente.
Andrea Izzo Capella (Provincia de Buenos Aires) es una diseñadora de moda porteña que se mudó a la ciudad de Las Flores, en el corazón de La Pampa, una región bendecida con uno de los entornos más adecuados para la producción agrícola. Allí, estableció un Centro Cultural y de Diseño para Mujeres Rurales, desde su casa, donde busca equipar a mujeres rurales tradicionalmente marginadas con las herramientas necesarias para crear sus propios negocios de producción y creer en sí mismas.
Patricia Gorza (Provincia de Buenos Aires) es productora de la región de Nueve de Julio. Sus bisabuelos eran agricultores del norte de Italia que, al llegar a la Argentina, inmediatamente instalaron su finca en el partido de Nueve de Julio. Hoy, el hijo de Gorza, Iván, continúa la tradición familiar y representa la quinta generación de agricultores de la familia. Cultivan maíz, soja y trigo y también crían ganado, considerándose ganaderos, que es la actividad que más aman. Patricia es la líder de Mujeres Rurales Argentinas, un grupo de agricultoras que se creó en 2019 y se ha hecho un nombre entre otras asociaciones rurales.
Milagros Paulón (Provincia de Buenos Aires) tiene solo 22 años y opera una lechería familiar en Brandsen. Ella misma ordeña dos veces al día, por la mañana y por la tarde, y produce y vende queso con su madre. Paulón es miembro de la Federación de Asociaciones Centros Educativos Para la Producción Total (FACEPT), organización educativa de segundo nivel, autogestionada y cogestionada, integrada por asociaciones de agricultores familiares, pequeños agricultores y trabajadores rurales (CEPT 18). en Brandsen, donde estudió técnico agrícola. Ahora aplica este conocimiento a su producción.
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