Con autocrítica mediante, el ‘peronismo’ se reordena y avanzará con una comisión política
El congreso del Partido Justicialista fue un hervidero. Kicillof anunció el armado de una mesa política para avanzar hacia una conducción colegiada que aún no cuenta con integrantes.
Con una catarsis a cielo abierto, el Congreso Nacional del PJ abrió la puerta al proceso de reordenamiento luego de la derrota electoral de noviembre.
La plana mayor del partido había llegado al Congreso que se celebró en el microestadio de Ferro con un orden del día poco escabroso: la aprobación de balances contables, definiciones sobre la intervención del partido en los distritos de Jujuy y Corrientes, la publicación de un documento y el anuncio, finalmente, del armado de una comisión de acción política, que tendrá como objetivo realizar “una convocatoria amplia a todos los sectores” del peronismo para iniciar un camino de recuperación del gobierno.
Pero el clima se tensó más de lo esperado. Las más de dos horas que duró el encuentro pusieron sobre la mesa diferencias que durante años se barrieron debajo de la alfombra de los triunfos electorales o que fueron ordenadas por el liderazgo de Cristina Fernández de Kirchner. El Congreso del PJ marcó el fin de esa era, con reclamos de apertura y horizontalidad y críticas al “dedo” y a la “rosca” cerrada.
Sin Fernández en la presidencia, a quien se le aceptó el pedido de licencia, la conducción del PJ quedó a cargo de Cristina Álvarez Rodríguez, Axel Kicillof, Analía Rach Quiroga, Juan Manzur y Lucía Corpacci, quienes ejercen las cinco vicepresidencias. Durante el desarrollo del cónclave peronista, Sergio Berni tuvo un durísimo discurso que le pegó a todo el Consejo Nacional del partido. “Ya aprobaron la licencia de quien fuera nuestro presidente. Nos ha faltado el respeto a todos. Públicamente decía que se sentía más cerca de la cultura hippie que de las 20 verdades del peronismo”, dijo el exministro de Seguridad de provincia de Buenos Aires, en referencia a Fernández.
Berni llamó a celebrar elecciones internas, dijo que el peronismo “no debe acostumbrarse a la derrota y al fracaso” y, parafraseando a Miguel Ángel Pichetto, le pidió al presidente del Congreso, Gildo Insfrán: “Hagamos lo que tenemos que hacer, pero hagámoslo rápido”.
La ubicación de los lugares en el escenario también generó polémica. La primera fila tuvo una nutrida representación bonaerense.
Además de Kicillof y Álvarez Rodríguez estuvieron Fernando Espinoza y Verónica Magario y Wado de Pedro, escoltado por la extitular de la Anses Fernanda Raverta. En el centro se ubicó Insfrán, junto a Corpacci, Manzur, los gobernadores Ricardo Quintela (La Rioja) y Raúl Jalil (Catamarca), el expresidente del PJ José Luis Gioja, el senador santiagueño Emilio Neder y el legislador tucumano Mario Leito.
En ese contexto, quedó desdibujada en el Congreso partidario la delegación de la CGT, que estuvo representada por Héctor Daer, Pablo Moyano, Andrés Rodríguez y Abel Furlán, ubicados entre la segunda y tercera filas. Ninguno habló.
A su turno, Alberto Rodríguez Saá se quejó por las demoras en la concesión de la palabra por parte de Insfrán. El exgobernador de San Luis reclamó la apertura de un proceso electoral. “¿Hace cuánto que no hacemos una interna? Así no es la democracia. Hay que hacer elecciones y que las minorías participen”, dijo. Los planteos no recibieron respuesta política.
“Se picó”, resumió a la salida la diputada Victoria Tolosa Paz, que señaló un dato que da cuenta de la situación del partido: sobre 900 congresales, sólo asistieron 466. El quórum se logró con lo justo.
El anuncio central de la conformación de la “Mesa de Acción Política para el Modelo Argentino” estuvo a cargo de Kicillof. Por cuestiones legales, la conformación será definida por las autoridades del Consejo Nacional, que deberá reunirse en las próximas semanas. Kicillof habló del “daño enorme que hizo en 100 días” el gobierno de Javier Milei a trabajadores, empresas, jubilados y discapacitados.
En rol de líder, el mandatario hizo mención a “los gobernadores del peronismo que están resistiendo el embate” y el movimiento sindical que fue protagonista de la marcha de enero y agradeció a los bloques legislativos “que han dado ejemplo de coherencia con el rechazo a la ley ómnibus y al DNU”. Dijo, además, que en situaciones de crisis, el peronismo se articula, “se organiza y trabaja para volver a gobernar”.
El armado de la mesa de acción política tiene como objetivo salir a la búsqueda de aquellos dirigentes que dejaron el partido en tiempos de hegemonía kirchnerista, como Pichetto y el PJ cordobés, donde mandan Juan Schiaretti y Martín Llaryora.